Tuesday, October 16, 2007

Riesgo de una mayor inflación

Riesgo de una mayor inflación

Por: Guillermo Laborda
Ámbito Financiero

¿Quién asegura que Néstor Kirchner seguirá manteniendo el dólar en $ 3,20 como máximo después de las elecciones? Es más, hasta tiene incentivos para dejar de hacerlo si gana la candidata. Esta cuestión es lo que realmente está detrás de la suba de las tasas para los créditos a público y empresas con el retiro del dinero en bancos colocado a plazo fijo en pesos. En teoría, el gobierno podría, si quisiera, mantener el tipo de cambio en los actuales niveles. Pero lo que piensan ahorristas, inversores y empresarios es diferente: anticipan inflación y dólar más altos en 2008.

Las medidas por anunciarse para bajar las tasas de los préstamos no ayudan a calmar estas expectativas. Se puede descontar que la liquidez a inyectarse en la plaza financiera puede tener como destino final la compra de dólares (y motorizar el alza de precios), por más llamados telefónicos y presiones que se hagan a quienes demandan divisas en el mercado mayorista de cambios. Incluso el gran negocio, de concretarse estos anuncios, algo difícil, sería acceder a uno de estos créditos. Es que con una tasa fija de 9% para empresas o 12% para consumo, la inflación -hoy ya instalada en 20% anual- se encarga de licuar la deuda.

Una pista de la conducta de Néstor Kirchner a futuro -y también de la candidata si triunfa- se ve en el comportamiento de las reservas del Banco Central. El objetivo crucial de acumular divisas hace dos meses que está archivado. En el primer semestre del año, el Banco Central compraba dólares a un ritmo de u$s 1.500 millones por mes. En setiembre, el saldo fue de unos módicos u$s 40 millones. Compran ahorristas y empresas como refugio, y se fugaron divisas de inversores extranjeros. Ganar reservas a cualquier precio ya no es el lema presidencial. Ahora, es que el dólar no pase de los $ 3,20.

Pero la consigna y esa barrera a $ 3,20 existe hasta el 28 de octubre. Si no hay señales adecuadas para que se modifique el comportamiento de quienes hoy tienen colocaciones en pesos, nada cambiará. Si ya se escucha que el titular de la UIA, Juan Lascurain, pide un dólar más alto; lo mismo el abogado Eduardo Curia; y si el tipo de cambio más elevado licua gasto y deuda pública en pesos, todo ello juega a favor de anticipar que ello ocurrirá. Por este motivo, la importancia de los primeros movimientos que se hagan desde el lunes 29.

Lo que está claro igual es que los Kirchner son poco propensos a perder reservas del BCRA. Es más, da la impresión de que estarían dispuestos antes a avalar una suba del dólar. Quedó en evidencia en medio de la crisis hipotecaria de EE.UU. y en esta búsqueda de refugio de inversores locales. Buscaron que los que vendan dólares sean los bancos Nación, Provincia, pero evitar que el Central lo haga. Esos dólares son sagrados, lo que en definitiva hace pensar que, llegado el caso, de continuar la presión alcista, se podría optar por dejar subir el tipo de cambio antes que sacrificar reservas.

Lo esperanzador es que desde Estados Unidos surgen señales de que lo peor de la crisis financiera quedó atrás. Sólo entonces sería cuestión de mover las piezas correctas desde el 29. Hasta habría bancos interesados en financiar al gobierno hoy, fruto de la mejora en la liquidez internacional. Claro que en este caso el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, poco puede hacer: si se lanzara un BONAR 17, un papel a diez años de plazo, la Argentina debería pagar una tasa de 10,50% anual en dólares. Es alta, pero peor es tener el crédito clausurado. Tampoco es que abunden las ofertas de financiamiento dado que lo que podría emitirse en BONAR no superaría los u$s 500 millones.

Los movimientos que se hagan en los próximos días serán claves. Lo que está claro es que los próximos anuncios para bajar las tasas juegan en contra. Más parecen una suerte de «anti-Nobel». Quienes ayer fueron galardonados por el Comité de la Academia Real Sueca investigaron la forma de mejorar el funcionamiento de los mercados, los modelos de regulación, por ejemplo, cuando no hay libre competencia, cuando los consumidores no están bien informados y se busca garantizar una distribución equitativa entre los participantes. Moreno, más lejos de estar nominado.

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