En su ensayo "¿Está llegando el ocaso de Estados Unidos?", publicado en el Suplemento Literario de "La Gaceta" del domingo 30 de Setiembre, el profesor Fernando Lopez-Alves presenta un panorama un tanto desolador respecto del presente y el futuro de los Estados Unidos. El autor se basa en estadísticas convenientemente seleccionadas y verdades parciales que conducen a un análisis que en nada se condice con la realidad.
Lopez-Alves sostiene que Estados Unidos ha entrado en una pendiente económica y social, y señala a "la caída de la clases medias y la distribución menos equitativa de la riqueza" como evidencia de ello. Es cierto que hay estadísticas que indican que, en los últimos 30 años, los ingresos de los más ricos han crecido en una mayor proporción en relación con el aumento que han visto quienes están en la parte de abajo de la pirámide social. Esto empero, en ninguna medida implica un aumento en los índices de pobreza, ni mucho menos la desaparición de la clase media. Las estadísticas muestran la realidad opuesta. El índice de pobreza se ubica en 12,3%, muy cerca de su piso histórico. La clase media, por su lado, ha visto aumentar en un 17% sus ingresos en los últimos 10 años. Y las ganancias de los últimos años no se limitan a los ingresos. Comparado con el año 1979, el norteamericano de clase media de hoy vive una vida más larga, construye casas más grandes, tiene mejor educación, mayor acceso a bienes de confort, y dispone de mayor cantidad de tiempo libre para recreación.
Cómo llega Lopez-Alves a conclusiones tan pesimistas cuando todos los índices hablan de una clase media que vive mejor que en cualquier época del pasado? Por lo visto, cae en el común error de pensar que la economía se mueve en un escenario de suma cero, en el que para que un participante del sistema gane, otro necesariamente debe perder. Nada más errado. La economía norteamericana, con su enorme productividad de los últimos años, ha beneficiado al conjunto de la sociedad, ricos y no-ricos a la vez.
El aparato económico norteamericano se recuperó rápidamente de la recesión causada por la burbuja tecnológica de fines de los 90s y los ataques terroristas del 2001, y hoy sigue creciendo a un ritmo que, si bien es "modesto" -en palabras de Lopez-Alves- le alcanza para ponerlo por encima de su promedio histórico. El déficit, que tanto miedo le provoca al autor, ha sido desestimado como un problema por el gran consenso de los economistas. Y respecto de los ahorros, gran parte de la clase media tiene puesto su chanchito en el mercado de acciones que esta semana alcanzó un nuevo record.
Lopez-Alves señala también que "la construcción de un Estado nuevo en Irak" y "los altos gastos de la politica exterior en Africa y Medio Oriente" consituyen otra nube en el horizonte económico norteamericano. Cabe recordar los costos afrontados en el pasado por Estados Unidos para poner la situación actual en perspectiva. Los gastos de la guerra de Vietnam constituían aproximadamente el equivalente al 10% de la economía norteamericana, los de la guerra de Corea rondaban el 15%, y los gastos de la segunda guerra mundial equivalían a un 45% de la economía. El total del presupuesto para gastos de defensa hoy constituye un 5% de la economía. Para nada un "overstretching," contrastado con las aventuras militares del pasado.
La economia norteamericana no es infalible, ni inmune a las contingencias que afectan a cualquier economía. O a las que surgen de malas políticas de estado. Hoy resuenan llamados al tipo de políticas de injerencia estatal -aumento de impuestos, mayor proteccionismo, etc.- que indefectiblemente pueden conducir a una desaceleración económica. Pero una desaceleración no implica un "cambio de época," simplemente implica… eso, desaceleración. Como las hubo en cantidades en el pasado. Mientras tanto, hoy por hoy, esta realidad, y estos índices actuales, si de algo hablan, es de apogeo y no de declive.
Monday, October 08, 2007
Respuesta a un tal Lopez-Alves
Posted by Ramiro at 3:35 PM
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