Thursday, October 30, 2008

Why men don’t write personal advice columns

Dear Walter

I hope you can help me here. The other day, I set off for work leaving my husband in the house watching the TV as usual. I hadn't gone more than a mile down the road when my engine conked out and the car shuddered to a halt. I walked back home to get my husband's help. When I got home I couldn't believe my eyes. He was in our bedroom with the neighbour lady. I am 32, my husband is 34 and we have been married for twelve years. When I confronted him, he broke down and admitted that they had been having and affair for the past six months. I told him it would have to stop or I would leave him. He was fired from his job six months ago and says he has been feeling increasingly depressed and worthless. I love him very much, but ever since I give him the ultimatum he has become increasingly distant. He won't go to counselling and I'm afraid I can't get through to him any more.

Can you please give me some advice?

Sincerely,
Sheila


Dear Shelia,

A car stalling after being driven a short distance can be caused by a variety of faults with the engine. Start by checking that there is no debris in the fuel line. If it is clear, check the vacuum pipes and hoses on the intake manifold and also check all grounding wires. If none of these approaches solves the problem, it could be the fuel pump itself is faulty, causing low delivery pressure to the carburetor float chamber.

I hope this helps,
Walter

"Estatización de AFJP es despropósito institucional"

Entrevista A Carlos Rodriguez. El economista adjudicó la decisión a que «no hay plata»
"Estatización de AFJP es despropósito institucional"

Ámbito Financiero

«Entre hacer un default sobre los títulos públicosque garantizan la jubilación y nacionalizar los bancos no veo una diferencia. Son medidas que en la mente del gobierno no suenan extrañas.» El paralelismo pertenece al economista Carlos Rodríguez, para quien el anuncio de la estatización de las AFJP «sugiere que no hay plata, que faltan fondos», además de que «es un manotazo de ahogado para ganar votos en 2009, año electoral».

El rector de la Universidad del CEMA recibió a este diario en su oficina en donde sostuvo que el proyecto oficial anunciado el lunes de la semana pasada es «un despropósitoinstitucional y un ataque al derecho de propiedad».

Periodista: ¿Qué opina del anuncio de estatización de las AFJP?

Carlos Rodríguez: Considero el proyecto un despropósito institucional y un ataque al derecho de propiedad, a la palabra empeñada y a las leyes vigentes. El Poder Ejecutivo tiene todo el derecho de proponer las ideas que se le ocurran. A pesar de que tenemos pocas instituciones, el problema es que no funcionan muy bien. El proyecto está siendo sometido a los latigazos de la oposición y de la prensa. Tiene que votarse en el Congreso, que es el mismo Legislativo que pasó la ley de intangibilidad de los depósitos, la privatización de las jubilaciones y que aplaudió el default de la deuda; además de haber suspendido la 125 por un voto, que está bastante dividido, por lo que no le tengo tanta confianza. No puede este mismo Congreso aprobar una ley diciendo que lo otorga la posibilidad de elegir y luego sacar otra que quite ese derecho. Es jugar con la gente. Pero son los políticos que supimos elegir.

Regulación

P.: ¿Puede frenarse en el Congreso?

C.R.: Tengo mis dudas. Los mismos partidos políticos que aplaudieron la aprobación del sistema de jubilación privada, que considero fue una buena decisión muy mal instrumentada, son los que están hoy. Pero esto es culpa de los reguladores.

Porque un auto choque no vamos a prohibir circular con automóviles. El Congreso creó la idea, pero hay que regular bien a las AFJP. No se puede salir a decir 14 años después que las administradoras están perdiendo plata. Es así porque las obligan a comprar bonos del gobierno y no les pagan. Es hacer un mal a la gente. No es como el discurso que difunden, que es el Estado el que está pagando las jubilaciones. Esto es falso: lo hace porque corresponde, ya que en el aporte personal y patronal una fracción va al sistema de reparto para financiar la jubilación básica. Es mentirle a la gente decir que las AFJP perdieron plata y el Estado sale a rescatar.

P.: Pero es cierto que las AFJP están teniendo rentabilidad real negativa...

C.R.: Por supuesto, porque están perdiendo con los bonos. La solución es que el Estado les pague estos títulos. Todo esto pasó con la solución del default, cuando les enchufaron a las AFJP estos papeles que estaban indexados a la inflación y ahora volvieron a defaultear esta vez a los jubilados. Y después dice que los viene a salvar y les saca lo que les queda.

P.: Pero existe cierto consenso de que el sistema no funcionaba correctamente y que había que implementar algún tipo de reforma.

C.R.: Pero lo que había que reformar no era la capitalización individual. Lo que andaba mal era la regulación de las comisiones, que no es culpa de las AFJP. El tema es que cuando se inició el sistema, como no había stock de aportes, salir a captar afiliados les imponía una inversión fenomenal. Entonces a los que construyeron el sistema se les ocurrió hacer un aporte sobre el flujo, es decir, sobre el sueldo, y no sobre el stock de capital administrado. Esto era para que el costo de crear una AFJP lo pagaran los que la iban a usar. Este hecho es debatible, pero es como se hizo y el gobierno lo votó. Está claro que ésta no era una solución de largo plazo. Además, están los cupos de inversión que le ponen los reguladores, en particular en bonos del sector público. En cambio, no les tienen muy limitadas las inversiones afuera. Un sistema de seguridad social tendría que tener la menor correlación posible con el nivel de ingreso doméstico porque si viene una crisis, no sólo aumenta el desempleo, sino que los jubilados dejan de cobrar.

P.: Los ingresos que reciba el Estado, ¿cree que serán utilizados para gastos corrientes?

C.R.: Hoy mismo ya se están usando para hacer caer el dólar, con la repatriación de los fondos líquidos. Lo mejor sería dejarlos en dólares porque hoy son la mejor inversión en el mundo.

P.: ¿Concuerda con los que dicen que esta decisión tiene un neto objetivo fiscalista?

C.R.: Todo esto sugiere que no hay plata, que faltan fondos. Más allá de eso, es un manotazo de ahogado para ganar votos en el año electoral. Además, el tema de las AFJP no fue bien explicado a la población. A los políticos que lo votaron ya de entrada no les gustó. Ellos mismos lo aprobaron por obediencia debida. Les dieron la orden; en ese momento fue Menem y ahora es Cristina. Entonces van de un extremo al otro. Y nunca hay alguien inteligente que se pare en el medio y diga por qué no mejoramos lo que está.

Desinformación

P.: Pero esta noticia repercutió mal en varios sectores...

C.R.: No estoy seguro de que sea así. El argentino tipo está muy mal informado por sus políticos. Y todo lo que sea poderoso en general a la población no gusta. Pareciera que viviéramos expropiados por los ricos, ya sean argentinos o extranjeros. Entonces cada vez que dicen les sacamos algo a los poderosos, la gente no se mete. No vamos a ver nunca una manifestación de apoyo a un banco.

Las AFJP le sacan caja al gobierno, entonces es lógico que lo quieran hacer.

P.: ¿Cree que no midieron el impacto que tendría en el mercado?

C.R.: Es que está todo mezclado: no se puede saber cuánto responde a lo local y cuánto a lo extranjero. Lo de las AFJP es una gota más, pero nada más. Refleja la debilidad del gobierno, que evidencia que necesita efectivo y que está desesperado por conseguir plata y votos. El riesgo-país está casi en 2.000 pero no importa, si igual nadie nos presta. No me atrevería a hacer un juicio muy categórico del efecto de las AFJP en el mercado porque está muy volátil, tanto el internacional como el local.

P.: ¿Cómo va a repercutir la crisis internacional en la Argentina?

C.R.: Vamos a sufrir mucho nosotros, no sólo por nuestras debilidades intrínsecas, sino porque se caen mercados importantes para nosotros, como Brasil, el turismo y por supuesto que los precios de los granos. Ya está empezando a haber tendencia a un fuerte aumento del desempleo. Se nota una contracción en el crédito y las cadenas de pagos están debilitadas. Esto va a tardar unas semanas más en destaparse.

P.: ¿De cuánto podría ser el crecimiento en 2009?

C.R.: Si fuéramos como el resto del mundo, podría ser negativo. Pero acá no se pasa de un ciclo positivo a otro negativo. Acá se dan como crisis: de crecer 7 positivo se pasa a 7 negativo. Pero ni siquiera tenemos instituciones para medirlo, por lo que puede ser que si se cae no se note. Hay que ver qué medidas implementaría el gobierno como, por ejemplo, cerrar la economía, nacionalizar lo poco que queda y expropiar, con lo que puede quedar escondido el decrecimiento.

P.: ¿Ve posible una nacionalización de los bancos?

C.R.: La gente no quiere a los bancos; no se dan cuenta de que sirven. Son medidas que en la mente del gobierno no suenan extrañas. Entre hacer un default sobre los títulos públicos que garantizan la jubilación y esto no veo una diferencia. Erróneamente se dice que Estados Unidos los nacionaliza, porque lo que está haciendo es capitalizarlos temporariamente. Las medidas más locas pueden parecer beneficiosas desde la perspectiva electoral, en un país en el que las instituciones no funcionan para contrabalancear el poder.

Entrevista de María Iglesia

Wednesday, October 29, 2008

Open Letter to Obama

Mr. Obama,

Given the uproar about the simple question asked you by Joe the plumber, and the persecution that has been heaped on him because he dared to question you, I find myself motivated to say a few things to you myself. While Joe aspires to start a business someday, I already have started not one, but 4 businesses. But first, let me introduce myself. You can call me "Cory the well driller". I am a 54 year old high school graduate. I didn't go to college like you, I was too ready to go "conquer the world" when I finished high school. 25 years ago at age 29, I started my own water well drilling business at a time when the economy here in East Texas was in a tailspin from the crash of the early 80's oil boom. I didn't get any help from the government, nor did I look for any. I borrowed what I could from my sister, my uncle, and even the pawn shop and managed to scrape together a homemade drill rig and a few tools to do my first job. My businesses did not start as a result of privilege. They are the result of my personal drive, personal ambition, self discipline, self reliance, and a determination to treat my customers fairly. From the very start my business provided one other (than myself) East Texan a full time job. I couldn't afford a backhoe the first few years (something every well drilling business had), so I and my helper had to dig the mud pits that are necessary for each and every job with hand shovels. I had to use my 10 year old, 1/2 ton pickup truck for my water tank truck (normally a job for at least a 2 ton truck).

A year and a half after I started the business, I scraped together a 20% down payment to get a modest bank loan and bought a (28 year) old, worn out, slightly bigger drilling rig to allow me to drill the deeper water wells in my area. I spent the next few years drilling wells with the rig while simultaneously rebuilding it between jobs. Through these years I never knew from one month to the next if I would have any work or be able to pay the bills. I got behind on my income taxes one year, and spent the next two years paying that back (with penalty and interest) while keeping up with ongoing taxes. I got behind on my water well supply bill 2 different years (way behind the second time... $80,000.00), and spent over a year paying it back (each time) while continuing to pay for ongoing supplies C.O.D.. Of course, the personal stress endured through these experiences and years is hard to measure. I do have a stent in my heart now to memorialize it all.

I spent the next 10 years developing the reputation for being the most competent and most honest water well driller in East Texas. 2 years along the way, I hired another full time employee for the drilling business so that we could provide full time water well pump service as well as the well drilling. Also, 3 years along the path, I bought a water well screen service machine from a friend, starting business # 2. 5 years later I made a business loan for $100,000.00 to build a new, higher production, computer controlled screen service machine. I had designed the machine myself, and it didn't work out for 3 years so I had to make the loan payments without the benefit of any added income from the new machine. No government program was there to help me with the payments, or to help me sleep at night as I lay awake wondering how I would solve my machine problems or pay my bills. Finally, after 3 years, I got the screen machine working properly, and that provided another full time job for an East Texan in the screen service business.

2 years after that, I made another business loan, this time for $250,000.00, to buy another used drilling rig and all the support equipment needed to run another, larger, drill rig. This provided another 2 full time jobs for East Texans. Again, I spent a couple of years not knowing if I had made a smart move, or a move that would bankrupt me. For the third time in 13 years, I had placed everything I owned on the line, risking everything, in order to build a business.

A couple of years into this, I came up with a bright idea for a new kind of mud pump, a fundamentally necessary pump used on water well drill rigs. I spent my entire life savings to date (just $30,000.00), building a prototype of the pump and took it to the national water well convention to show it off. Customers immediately started coming out of the woodworks to buy the pumps, but there was a problem. I had depleted my assets making the prototype, and nobody would make me a business loan to start production of the new pumps. With several deposits for pump orders in hand, and nowhere to go, I finally started applying for as many credit card as I could find and took cash withdrawals on these cards to the tune of over $150,000.00 (including modest loans from my dear sister and brother), to get this 3rd business going.

Yes, once again, I had everything hanging over the line in an effort to start another business. I had never manufactured anything, and I had to design and bring into production a complex hydraulic machine from an untested prototype to a reliable production model (in six months). How many nights I lay awake wondering if I had just made the paramount mistake of my life I cannot tell you, but there were plenty. I managed to get the pumps into production, which immediately created another 2 full time jobs in East Texas. Some of the models in the first year suffered from quality issues due to the poor workmanship of one of my key suppliers, so I and an employee (another East Texan employed) had to drive across the country to repair customers' pumps, practically from coast to coast. I stood behind the product, and made payments to all the credit cards that had financed me (and my brother and sister). I spent the next 5 years improving and refining the product, building a reputation for the pump and the company, working to get the pump into drill rig manufacturers' product lines, and paying back credit cards. During all this time I continued to manage a growing water well business that was now operating 3 drill rig crews, and 2 well service crews. Also, the screen service business continued to grow. No government programs were there to help me, Mr. Obama, but that's ok, I didn't expect any, nor did I want any. I was too busy fighting to make success happen to sit around waiting for the government to help me.

Now, we have been manufacturing the mud pumps for 7 years, my combined businesses employ 32 full time employees, and distribute $5,000,000.00 annually through the local economy. Now, just 4 months ago I borrowed $1,254,000.00, purchasing computer controlled machining equipment to start my 4th business, a production machine shop. The machine shop will serve the mud pump company so that we can better manufacture our pumps that are being shipped worldwide. Of course, the machine shop will also do work for outside companies as well. This has already produced 2 more full time jobs, and 2 more should develop out of it in the next few months. This should work out, but if it doesn't it will be because you, and the other professional politicians like yourself, will have destroyed our countrys' (and the world) economy with your meddling with mortgage loan programs through your liberal manipulation and intimidation of loaning institutions to make sure that unqualified borrowers could get mortgages. You see, at the very time when I couldn't get a business loan to get my mud pumps into production, you were working with Acorn and the Community Reinvestment Act programs to make sure that unqualified borrowers could buy homes with no down payment, and even no credit or worse yet, bad credit. Even the infamous, liberal, Ninja loans (No Income, No Job or Assets). While these unqualified borrowers were enjoying unrealistically low interest rates, I was paying 22% to 24% interest on the credit cards that I had used to provide me the funds for the mud pump business that has created jobs for more East Texans. It's funny, because after 25 years of turning almost every dime of extra money back into my businesses to grow them, it has been only in the last two years that I have finally made enough money to be able to put a little away for retirement, and now the value of that has dropped 40% because of the policies you and your ilk have perpetrated on our country.

You see, Mr. Obama, I'm the guy you intend to raise taxes on. I'm the guy who has spent 25 years toiling and sweating, fretting and fighting, stressing and risking, to build a business and get ahead. I'm the guy who has been on the very edge of bankruptcy more than a dozen times over the last 25 years, and all the while creating more and more jobs for East Texans who didn't want to take a risk, and would not demand from themselves what I have demanded from myself. I'm the guy you characterize as "the Americans who can afford it the most" that you believe should be taxed more to provide income redistribution "to spread the wealth" to those who have never toiled, sweated, fretted, fought, stressed, or risked anything. You want to characterize me as someone who has enjoyed a life of privilege and who needs to pay a higher percentage of my income than those who have bought into your entitlement culture. I resent you, Mr. Obama, as I resent all who want to use class warfare as a tool to advance their political career. What's worse, each year more Americans buy into your liberal entitlement culture, and turn to the government for their hope of a better life instead of themselves. Liberals are succeeding through more than 40 years of collaborative effort between the predominant liberal media, and liberal indoctrination programs in the public school systems across our land.

What is so terribly sad about this is this. America was made great by people who embraced the one-time American culture of self reliance, self motivation, self determination, self discipline, personal betterment, hard work, risk taking. A culture built around the concept that success was in reach of every able bodied American who would strive for it. Each year that less Americans embrace that culture, we all descend together. We descend down the socialist path that has brought country after country ultimately to bitter and unremarkable states. If you and your liberal comrades in the media and school systems would spend half as much effort cultivating a culture of can-do across America as you do cultivating your entitlement culture, we could see Americans at large embracing the conviction that they can elevate themselves through personal betterment, personal achievement, and self reliance. You see, when people embrace such ideals, they act on them. When people act on such ideals, they succeed. All of America could find herself elevating instead of deteriorating. But that would eliminate the need for liberal politicians, wouldn't it, Mr. Obama? The country would not need you if the country was convinced that problem solving was best left with individuals instead of the government. You and all your liberal comrades have got a vested interested in creating a dependent class in our country. It is the very business of liberals to create an ever expanding dependence on government. What's remarkable is that you, who have never produced a job in your life, are going to tax me to take more of my money and give it to people who wouldn't need my money if they would get off their entitlement mentality asses and apply themselves at work, demand more from themselves, and quit looking to liberal politicians to raise their station in life.

You see, I know because I've had them work for me before. Hundreds of them over these 25 years. People who simply will not show up to work on time. People who just will not work 5 days in a week, much less, 6 days. People always looking for a way to put less effort out. People who actually tell me that they would do more if I just would first pay them more. People who take off work to sit in government offices to apply to get free government handouts (gee, I wonder how things would have turned out for them if they had spent that time earning money and pleasing their employer?). You see, all of this comes from your entitlement mentality culture.

Oh, I know you will say I am uncompassionate. Sorry, Mr. Obama, wrong again. You see, I've seen what the average percentage of your income has been given to charities over the years of 2000 to 2004 (ignoring the years you started running for office - can you pronounce "politically motivated"), you averaged less than 1% annually. And your running mate, Joe Biden, averaged less than ¼% of his annual income in charitable contributions over the last 10 years. Like so many liberals, the two of you want to give to the needy, just as long as it is someone else's money you are giving to them. I won't say what I have given to charities over the last 25 years, but the percentage is several times more than you and Joe Biden... combined (don't you just hate google?). Tell me again how you feel my pain.

In short, Mr. Obama, your political philosophies represent everything that is wrong with our country. You represent the culture of government dependence instead of self reliance; Entitlement mentality instead of personal achievement; Penalization of the successful to reward the unmotivated; Political correctness instead of open mindedness and open debate. If you are successful, you may preside over the final transformation of America from being the greatest and most self-reliant culture on earth, to just another country of whiners and wimps, who sit around looking to the government to solve their problems. Like all of western Europe. All countries on the decline. All countries that, because of liberal socialistic mentalities, have a little less to offer mankind every year.

God help us...

Cory Miller

just a ordinary, extraordinary American, the way a lot of Americans used to be.

P.S. Yes, Mr. Obama, I am a real American... meet me: www.cmillerdrilling.com : or www.centerlinemanufacturing.com

Tuesday, October 28, 2008

"El reparto está quebrado. Es una falacia que funcione"

Entrevista a Daniel Artana. El economista de FIEL criticó lo «poco serio» de la estatización
"El reparto está quebrado. Es una falacia que funcione"

Ámbito Financiero

Artana fue categórico. Dijo que no hay en el mundo un sistema de reparto que funcione bien. Advirtió sobre los "juicios fenomenales" que sobrevendrán.
El economista jefe de FIEL Daniel Artana criticó la propuesta de estatización de las AFJP, a la que considera una «violación del derecho de propiedad» que desatará una ola de juicios al Estado. «¿Porque el gobierno no quiere negociar con el Fondo van a manotearles la plata a los trabajadores de la Argentina? Me parece bastante poco serio», dijo a Ambito Financiero.

Artana juzgó que el problema se generó por una «fiesta de gasto público» de 5 años, que se pensaba pagar con los altos precios de los productos de exportación. Ahora estos precios cayeron, se reducirán los superávits gemelos y habrá menos dólares; ¿qué hacer, entonces?: «Manotean activos, ésa es la opción más costosa, por el riesgo de generar una desconfianza fenomenal».

A continuación, lo destacado del diálogo con Daniel Artana.

Periodista: ¿Cuál es su balance sobre el desempeño del sistema de capitalización en nuestro país?

Daniel Artana: Impulsado por este gobierno, hace poco más de un año, se hicieron correcciones al sistema. Argumentar, después de esas correcciones, que el sistema de capitalización es tan malo que amerita ser cerrado es una contradicción. Antes, los que habían optado por la capitalización no podían volver al reparto, y eso se corrigió. El 80% de los que tuvieron la opción decidió quedarse en el sistema de capitalización. Se puede decir: «hoy tenemos otro contexto, una crisis internacional que nadie esperaba» y habilitar de nuevo esa opción, pero no forzar a todo el mundo a hacerlo. Dicen que lo hacen para proteger a los jubilados, yo sospecho que es porque quieren la plata. La estatización del sistema privado es una pésima propuesta, y el Congreso debería rechazarla, porque viola el derecho de propiedad y desatará una catarata de juicios.

Bonos

P.: ¿Opina que el sistema privado estaba funcionando bien?

D.A.: El sistema de capitalización ha tenido muchas críticas en la Argentina, yo creo que ha funcionado mejor de lo que creen los críticos. Pero más allá de lo que yo opine, muchas de las críticas tienen que ver con cosas que ya pasaron. Ya pusieron un tope a las comisiones, ya se habilitó la opción de volver al reparto, ya se discutió lo de los multifondos. Además, las AFJP fueron casi inducidas a invertir en bonos públicos y tienen 55% de sus fondos en estos bonos que han perdido valor por causa de un Estado que no tiene ni la solvencia ni las condiciones fiscales que tiene que tener.

P.: ¿Cómo evalúa el funcionamiento del sistema de reparto?

D.A.: Es una gran falacia que tenemos un sistema de reparto que funciona. Aquí el sistema de reparto está quebrado y se sostiene porque más de la mitad de sus recursos proviene de precoparticipación de impuestos. Esa precoparticipación tenía sentido cuando se hizo la reforma y los activos pasaron a la capitalización masivamente. Los jubilados eran unos 4 millones entonces; con 500, 600 mil aportantes no se los podía sostener.

Supuestamente, a medida que esos jubilados murieran devolverían esos recursos a la Nación y las provincias. Ahora se arma un reparto que tendrá poco más de un activo por cada pasivo. No hay sistema de reparto en el mundo que funcione así. Además, tiene una tasa de incumplimiento histórica enorme, fue groseramente abusado por un control ineficaz y ni siquiera se cumple con la lógica del sistema, de dar aumentos ajustando por inflación y por la evolución de los salarios. Hay que tener un sistema que dé protección a los jubilados, que sea actuarialmente solvente. La capitalización garantiza solvencia actuarial; el reparto depende de lo que se haga.

Los que proponen el sistema de reparto se frustraron, pues esperaban que la gente volviera masivamente al reparto y no volvió. Ahora la quieren forzar y vendrán juicios fenomenales.

P.: ¿Cree que las necesidades de financiamiento requerían una medida como ésta?

D.A.: No, las necesidades de financiamiento no requerían esto ni de casualidad. Eran perfectamente atendibles, si el gobierno estaba dispuesto a ir a discutir con los multilaterales. Podía tener fondos del BID y Banco Mundial; eventualmente, permitir una revisión «light» del Fondo; pedir a bancos y a AFJP que le renovaran lo que vence. No era un programa de financiamiento tan complicado, requería negociar, pagar cierto costo político. ¿Porque el gobierno no quiere negociar con el Fondo van a manotearles la plata a los trabajadores de la Argentina? Me parece bastante poco serio. Esta medida es un disparate, la pauta está en que al gobierno lo sorprendió lo que pasó con el precio de los activos. No ha analizado bien el problema.

Pronóstico

P.: Usted ha mencionado el efecto contractivo sobre el crédito al sector privado; ¿considera la posibilidad de una recesión?

D.A.: Nosotros tenemos un pronóstico de caída de nivel de la actividad para el año que viene, a menos que haya un rebote espectacular de los precios internacionales relevantes para el país. Con estos precios internacionales y estas decisiones de política, la Argentina va camino a una recesión. Creo que no se midió el impacto sobre el mercado doméstico. Si el gobierno usa el flujo nuevo (u$s 4.000 millones al año) para financiarse, le quita capacidad de crédito al sector privado. La economía en su conjunto mejora su situación si flexibiliza su restricción con el resto del mundo: si entran capitales o mejoran los ingresos por exportaciones. La clave es inyectar plata de afuera, no sacársela al sector privado, pero para esto hay que tener confianza, que es lo que esta medida no genera.

Hay una desconfianza recesiva, porque la gente invierte o consume menos. Peor, la gente se asusta y empieza a proteger otros activos, piensan que si esto no le sale bien al gobierno, ¿qué va a manotear después?

P.: Podría pensarse que el gobierno pretende suplir la inversión privada.

D.A.: Si estos fondos los usa para inversión pública, entonces habrá menos inversión privada. Para poder hacer más en el neto de la economía necesitás que alguien ponga plata desde afuera. Y si hacés más inversión pública y menos inversión privada, el efecto final probablemente sea negativo porque la inversión privada habitualmente es más eficiente que la pública.

P.: ¿Cómo se puede mantener el superávit fiscal con una presión tributaria moderada?

D.A.: Un Estado grande pero eficiente no genera un problema. Pero si saca plata a personas y empresas para gastarla ineficientemente, sin criterio distributivo de proveer bienes públicos esenciales, se crea una mochila espectacular para el crecimiento económico. Cuando los precios de exportación suben y suben como hasta principio de año, la torta se agranda y se banca la mochila de gasto público ineficiente. Cuando esto se revierte, esa mochila se nota más. Se debería haber ahorrado, algo como el fondo de cobre chileno. Cuando nadie quiere poner plata en el país, hay un menor margen de maniobra, sólo tenemos las reservas del Banco Central. En Chile además pueden traer lo que ahorraron y tienen depositado en el exterior, inyectarlo en la economía y acolchonar el problema.

Entrevista de Cecilia Roslan

Thursday, October 23, 2008

"Se mató al mecanismo que evitaba la recesión"

Roque Fernández dice que la desaparición de las AFJP traerá una fuerte contracción del crédito

"Se mató al mecanismo que evitaba la recesión"

Ámbito Financiero

El ex ministro de Economía cree que no se pensó en las consecuencias en la macroeconomía que produce una decisión tan compleja como dar fin a las jubilaciones privadas.

El ex ministro de Economía Roque Fernández cree que la decisión del gobierno de terminar con el régimen de capitalización dejará consecuencias macroeconómicas muy serias, principalmente en relación con el crédito comercial. «Las AFJP eran los prestamistas más dinámicos en relación con los fideicomisos financieros (que movilizan el consumo y los proyectos inmobiliarios, entre otros). Probablemente no se pensó en el efecto que tendrá su desaparición», dijo a este diario.

El ex presidente del Banco Central explicó que ante la crisis financiera que atravesó la Argentina en 2001, esas compañías, a través de los fideicomisos, suplieron el rol de los bancos en el otorgamiento de créditos comerciales. Ahora estima que la contracción en los préstamos que traerá su desaparición será letal.

Esto es lo destacado del diálogo que mantuvo Roque Fernández con Ambito Financiero, en el que no descartó que se puedan producir quiebras de empresas.

Periodista: ¿Cuáles son las consecuencias más importantes que dejará la decisión de terminar con el régimen de jubilaciones privadas?

Roque Fernández: Comparto, por supuesto, todas las críticas que se hicieron en estos últimos días sobre la decisión de volver a un único régimen jubilatorio público. Sin embargo, creo que aún más importantes son las consecuencias que se generan ante esta medida y que tienen que ver con el único instrumento que podía evitar una posible recesión. Las AFJP eran los prestamistas más dinámicos en relación con los fideicomisos financieros.

P.: ¿La retracción del crédito será entonces muy grande?

R.F.: Muy grande, enorme. Sucede que por la crisis bancaria que tuvo la Argentina, los bancos no pudieron generar crédito. Sólo se vio crédito comercial de corto plazo. Por eso, la Bolsa empezó a tener predominio a través de la generación de fideicomisos financieros que suplieron a los bancos en los créditos comerciales. El elemento más importante presente en la Bolsa eran justamente las AFJP. Tanto que los fideicomisos prácticamente se hacían con ese destino, sabiendo que las AFJP eran, repito, los prestamistas más dinámicos para estas colocaciones. Esas compañías no tienen que hacer encajes ni tienen las restricciones de los bancos. Entonces el efecto multiplicador es mayor al de los bancos. Por eso, ahora el despalancamiento será también más fuerte.

Quebrantos

P.: ¿Cree que quebrarán empresas?

R.F.: Es muy probable. Lo que pasa es que cuando se toman decisiones como esta que impulsa el gobierno, no se puede pensar sólo en el sector sobre el que se decide, en este caso el previsional. Es una medida mucho más compleja desde el punto de vista macroeconómico. Yo comprendo que el gobierno necesite fondos para pagar bonos, pero no se puede matar por eso el único mecanismo de intermediación del crédito que había. Este era el único respaldo a la economía real que había, que hasta ahora evitó la recesión.

P.: ¿Qué opina del momento elegido para tomar esta medida?

R.F.: Creo que no es el mejor momento. En Estados Unidos y Europa están desesperados por el despalancamiento y acá se mata al único mecanismo que contenía, que evitaba la recesión.

P.: ¿Se puede evitar el impacto negativo sobre el crédito de alguna forma?

R.F.: Evitando que prospere el proyecto, pero no parece que eso vaya a pasar. No sé cuál sería el costo político que se pagaría si esto ocurre. Lo que sé es que si prospera, hay un alto riesgo de un «credit crunch» (contracción del crédito) fatal.

Entrevista de Florencia Lendoiro

Wednesday, October 22, 2008

"Solución liberal" a las jubilaciones

"Solución liberal" a las jubilaciones

Por: Enrique Szewach
Ámbito Financiero

«Todas las familias felices se parecen entre sí; las infelices son desgraciadas a su propia manera.» Así comienza León Tolstoi su novela «Anna Karenina».

La Argentina, sin embargo, se ha encargado de desmentir la primera parte de esta cita. En efecto, en los momentos de bonanza hemos sido felices a nuestra propia manera, con despilfarro, explosión del gasto público, caídas violentas del tipo de cambio real, aceleración de la inflación y sin prepararnos para los momentos negativos. Pero es cierto que, ahora, que «llegó la malaria», nos hemos encargado de vivir nuestra desgracia, como sugería el gran escritor ruso, diferenciándonos del resto de la región.

Todos enfrentamos un menor precio de nuestros productos de venta, y todos, en la región, en mayor o menor medida, estamos empezando a sentir los coletazos de la crisis financiera global y del «efecto riqueza negativo» sobre nuestros ahorros y sobre la demanda real. Sin embargo, a nadie, salvo a nosotros, se les ha ocurrido, en medio de una crisis del mercado de capitales, agravarla destruyendo la presencia de los únicos estabilizadores del mercado, los inversores institucionales «obligatorios» de largo plazo.

Destrucción

Mientras en el mundo y en la región tratan de garantizar liquidez y tranquilidad para el sector privado financiero y productivo, aquí, insisto, se busca destruir el escaso mercado de capitales institucional que nos quedaba, condenándonos, ahora sí, casi de manera irremediable a bajos salarios, para compensar altos costos de capital.

En todo el mundo, al menos en todo el mundo que importa, los sistemas previsionales han sido transformados en sistemas mixtos, en donde el Estado cubre los aspectos mínimos de protección a la vejez, financiado con rentas generales o con un esquema «de reparto» y el resto lo proveen diversas variantes de un sistema de capitalización, en donde cada trabajador, individualmente, aporta fondos para su retiro, y un conjunto de administradores profesionales, sujetos a ciertas reglas, tratan de maximizar ese ahorro. Este paso fue «obligado» básicamente, por la demografía. Las tasas de natalidad están cayendo, la gente vive más tiempo y vive más tiempo retirada, de manera que no hay forma que, con impuestos al trabajo no confiscatorios, los trabajadores puedan, simultáneamente, vivir razonablemente, y mantener a los jubilados correspondientes mediante un sistema de reparto tradicional. El «ahorro obligatorio» entonces, no fue una «reforma neoliberal» de los sistemas jubilatorios, por el contrario, fue la solución «estatista y progre» al problema que generaba la demografía. La «solución liberal», por el contrario, se basó en un régimen universal de protección mínima a la vejez, financiado con rentas generales, mientras el ahorro para el futuro pasa a ser voluntario. Y si lo ahorrado no alcanza para un buen nivel de vida, o fallan los administradores profesionales, mala suerte.

De esa manera, los Estados se fueron liberando, a su modo, del compromiso de una «jubilación proporcional al salario en actividad», impagable, por lo ya comentado.

Contrariamente al discursooficial, la propuesta anunciada de Sistema Previsional Argentino es, básicamente, la «solución liberal» al problema. Hoy, más de 50% de los fondos que reparte el ANSeS proviene de los impuestos generales y menos de la mitad lo financian los impuestos al trabajo propiamente dichos. Es decir, es un régimen de reparto financiado, mayoritariamente, con rentas generales. Estos fondos que se reparten, por lo ya expuesto, convergen, lenta, pero inexorablemente, a una remuneración mínima, licuada con la inflación, la devaluación y con diversos métodos de cálculo. El resto, habrá que ahorrarlo voluntariamente, y cada uno que se arregle.

Incompatible

El único «pequeño detalle», incompatible con la « solución liberal» es la expropiación del stock, los ahorros actuales acumulados en las cuentas individuales, y la destrucción, ya mencionada, en el corto plazo, del mercado de capitales. Esos fondos expropiados servirán, como siempre, para financiar gasto corriente, la campaña electoral, pagos diversos, y hasta, a lo mejor, un aumento jubilatorio el año próximo.

También mejorarán, por la parte de los aportes mensuales que no se destinaban a comprar deuda pública, los ingresos del Estado, y ésos también se asignarán a repartir más clientelismo en el presente, contra menos en el futuro.

En síntesis, la «solución K» es una mezcla de peronismo ortodoxo, ¿acaso Perón no hizo lo mismo a su llegada al poder, apropiarse de las cajas jubilatorias para financiar populismo? Y la «solución liberal», una jubilación mínima para todos y el resto, ahorro voluntario.

Es decir, lo peor del populismo, sumado a la variante más rancia del conservadurismo liberal. Lo de siempre. Al final, Tolstoi, no tenía razón.

Friday, October 17, 2008

¿Y por casa cómo andamos?

¿Y por casa cómo andamos?

Por: Enrique Szewach
Ámbito Financiero

La crisis financiera global sigue generando respuestas diarias de los bancos centrales y los gobiernos. Tratan, por un lado, de reemplazar al sector privado en la capitalización de bancos, de manera de achicar el apalancamiento del sistema aumentando el capital, en lugar de obligarlos a vender los activos y seguir bajando los precios. Y, por el otro, de restablecer el mercado de crédito, prestando directamente a las empresas y despejando de temores el negocio interbancario.

Como esto se hace con la misma plata que los propios inversores destinan a comprar bonos del Tesoro norteamericano o dólares, o con la liquidez en la que «se sientan» los propios bancos, por ahora, lo único que se logra es «reciclar» como en una calesita, los fondos, con poco efecto positivo sobre la economía real. Lo que indica que arreglar desajustes macroeconómicos con más desajustes macroeconómicos es una solución que les encanta a los políticos, pero no rápida y mucho menos eficiente.

Mientras tanto, en la Argentina, se dice que el sistema financiero local está fuertemente «aislado» de esta crisis, de manera que no se debería temer problema alguno con los bancos locales. Intuitivamente, esta afirmación parece bastante razonable. El sistema financiero argentino se ha transformado después de la crisis de 2001.

Es un sistema más chico, pesificado, con aumento fuerte del componente «transaccional», es decir con una menor proporción de depósitos vinculados con el ahorro, y con pocas líneas de crédito financiero desde el exterior.

Pero pasemos de la intuición a las «efectividades conducentes».

Mirando los datos, superficialmente, las sospechas parecen confirmarse. La relación Préstamos/PBI era, en 2001 de aproximadamente 35%. Hoy, esa relación ha bajado a menos de 15%. En 2001, el mix de depósitos en dólares respecto de los depósitos en pesos, era de 72% contra 28% respectivamente. Ahora, esa relación se ha invertido y es de 13% para los dólares y de 87% para los pesos. Respecto de los depósitos transaccionales, eran apenas 25% del total en 2001, hoy superan 50%.

Sin embargo, cabe mirar un poco debajo del agua. ¿De dónde puede venir el golpe al sistema financiero local? Básicamente, de dos fuentes que, en la práctica, son una, un cambio de portafolio hacia el dólar de los ahorristas y la necesidad de «vender activos» o cancelar crédito para atender dicha demanda.

El cambio de portafolio lo induce la «demanda de devaluación nominal» que está «sobrevolando» el discurso empresario de estos días. (Ya sé que la demanda es de mejoras en el «tipo de cambio real», pero entonces tienen que decirlo con todas las letras:mejorar el tipo de cambio-real, sin devaluar demasiado el nominal, implica bajar el salario y el gasto público en dólares. Mientras no lo digan, lo que están pidiendo es devaluación nominal.)

Por ahora, el cambio de portafolio lo alimenta el saldo de balance comercial. Es decir entran dólares de exportación por una ventanilla y se van por la de «fuga de capitales», y los depósitos en pesos no caen tanto. Pero si la demanda por devaluación nominal aumenta, los depósitos no transaccionales empezarán a caer, en busca de protección. Son menos, pero serán unos 15.000 millones de dólares (si descontamos los fondos de las AFJP e institucionales «cautivos»). ¿Y del lado de los activos?. Del lado de los activos surgen los préstamos subprime locales. ¿Cuáles son? Obviamente, los títulos públicos. La deuda del peor pagador del sistema, el Estado. O sea el que destruyó el mercado de deuda, alterando el CER, y al que le están cayendo violentamente los ingresos provenientes de los impuestos a la exportación. Afortunadamente, gracias a la experiencia pasada, al crecimiento del crédito al sector privado y a una inteligente regulación del Banco Central, la exposición de la banca privada al sector público ha caído drásticamente en los últimos años. Los bancos privados, en promedio, tienen una relación títulos públicos/ activos de apenas 12%. Lamentablemente, no ocurre lo mismo con la banca pública, cuya relación títulos/activos alcanza 33% -a junio de 2008-. Si le sumamos los préstamos directos al sector público, esta relación sube a 42% en el caso de la banca pública y a 15%, en promedio, en el caso de la banca privada. Es más, si los títulos están contabilizados a valor técnico y no a valor de mercado, con la caída del precio de los títulos públicos de los últimos meses, los bancos estatales ¡han perdido todo su patrimonio!

En síntesis, es cierto que el sistema financiero argentino está en mucha mejor forma que en 2001 y, relativamente aislado, de la crisis global. Pero no es menos cierto que, si la demanda de devaluación nominal persiste, y el Estado no da señales claras de ajuste -el retiro del Presupuesto del Congreso sería, en ese sentido, clave-, los problemas, en especial de la banca pública, irán creciendo, obligando al Banco Central a actuar como prestamista de última instancia.

Monday, October 13, 2008

¿Crisis de capitalismo?

¿Crisis de capitalismo?

Por: Alberto Benegas Lynch (h)
Ámbito Financiero

La marca sobresaliente del capitalismo es el respeto a la propiedad privada en cuyo contexto aquellos que aciertan con las preferencias del prójimo obtienen ganancias y los que yerran incurren en quebrantos. Los cuadros de resultados van mostrando las eficiencias relativas para la administración de los siempre escasos recursos.

De allí es que Ludwig von Mises ha escrito que el eje central de la sociedad abierta estriba en la institución de la propiedad, mientras que Marx y Engels sostuvieron que todo su programa se resume en la abolición de la propiedad. No es necesaria la eliminación de ese derecho para producir desajustes en los precios relativos y derroches de los factores de producción. El fascismo es muy fértil para estos desmanes al permitir el registro de la propiedad a manos particulares, pero el aparato estatal usa y dispone de ésta, lo que actualmente se suele denominar pragmatismo.

El gobierno de Bush ostenta el triste privilegio de contar con la tasa de mayor crecimiento en la relación gasto público-PBI de los últimos ochenta años, ha duplicado la deuda estatal que ahora se ubica en 75% del PBI, absorbió el superávit fiscal de la administración anterior y deja un déficit de 600 mil millones de dólares en un contexto de una asfixiante regulación federal cuyas disposiciones hoy ocupan nada menos que 75 mil folios anuales. Si se proyecta el presupuesto del gobierno central, en 2017 todos los impuestos federales juntos no alcanzan a financiar siquiera el llamado Programa de Seguridad Social.

Autosalvataje

Las empresas estatales Fannie Fae y Freddie Mac se encaminaron por la politiquería barata de conceder hipotecas sin las suficientes garantías y ahora resulta que se embarcan en un autosalvataje por las barrabasadas cometidas. Por otra parte, la Reserva Federal decidió comprimir artificialmente la tasa de interés, con lo que se falsea la relación consumo presenteconsumo futuro y hace aparecer proyectos en verdad antieconómicos como si tuvieran un retorno atractivo, con lo que se malguía a los operadores, mientras que el Congreso, con la oposición de más de la mitad de los miembros del partido gobernante en la Cámara de Representantes, aprobó un rescate que implica usar los fondos de los contribuyentes para darles apoyo a quienes han utilizado irresponsablemente instrumentos financieros o simplemente han errado el camino en Wall Street.

A este cuadro de situación debe agregarse que el lobby financiero empuja al establecimiento del sistema bancario de reserva fraccional, lo cual, a la primera de cambio, pone al descubierto que el sistema está en la cuerda floja en cuanto a la incertidumbre y la desconfianza que se traduce en modificaciones en la demanda de dinero. Hay un debate jugoso entre los partidarios de la reserva total y el régimen denominado de «free banking», pero ambas posturas coinciden en que el sistema de reserva parcial manipulado por la banca central conduce al peor de los mundos, situación que no se subsana con la imposición de la « garantía de los depósitos» que transfiere recursos de los previsores a los irresponsables quienes son incentivados a realizar colocaciones imprudentes.

Lo más curioso y tragicómico es que hay distraídos que a este zafarrancho de estatismo creciente lo catalogan como «la crisis del capitalismo». Ya una vez ocurrió, después de que los acuerdos de Génova y Bruselas abrieron las compuertas al espectacular desorden monetario que condujo al boom de los años veinte y al posterior crac de los treinta, agravado por las intervenciones erráticas de la Reserva Federal tal como lo explican Milton Friedman y Anna Schwartz.

En un libro reciente de mi autoría muestro cómo el gobierno de EE.UU. se ha venido apartando en muy diversos frentes de los extraordinariamente sabios principios de los Padres Fundadores. En los proceso de mercado resulta indispensable que los activos inservibles se den de baja. El «esconder la tierra bajo la alfombra» agrava la situación por más que pueda disimularse la crisis subyacente en el corto plazo para evitar que se paguen los costos políticos correspondientes, pero al precio de prolongar y agudizar los problemas reales existentes y afectar severamente a quienes deben renunciar compulsivamente al fruto de su trabajo.

Si la gente considerara que en el balance neto resulta conveniente entregar recursos a los insolventes eso es lo que haría tal como se procede con emprendimientos colosales que requieren sumas astronómicas a plazos muy prolongados y con cláusulas que evitan las trampas de los free riders.

Este es un momento sumamente delicado. Si se agudizara el estatismo en Estados Unidos y se produjeran los consecuentes banquinazos de mayor envergadura,la onda expansiva crítica se multiplicará aún más profundamente y los efectos serán muy penosos para el mundo libre que entrará en un cono de sombra difícil de revertir.

Thursday, October 09, 2008

Nuevas anclas se buscan

Nuevas anclas se buscan

Por: Enrique Szewach
Ámbito Financiero

Se ha empezado a discutir, en estos días, si la Argentina debe adaptarse al violento cambio de la situación internacional devaluando «de a poquito», como lo viene haciendo el Banco Central, o «de a mucho» para alinearse rápidamente a las monedas regionales, como lo sugieren algunos economistas y dirigentes políticos y empresarios y, según trascendió, dentro del propio equipo de gobierno. Antes de sacaralguna conclusión, hacen faltaalgunas precisiones técnicas. Un shock externo positivo, por ejemplo, la suba brusca del precio de los productos de exportación, genera siempre en un país -todo lo demás igual- una apreciación de su tipo de cambio real. Resalto la palabra «real» que es la clave de esta historia. En otras palabras, un shock externo que gatilla, de pronto, un «efecto riqueza» presiona sobre la demanda agregada, aumentando -en un país pequeño y relativamente abierto al mundo- importaciones y la demanda de servicios. Sube el precio de los servicios y, si el tipo de cambio nominal queda fijo, aumenta la inflación y el tipo de cambio real cae. Si, por el contrario, la autoridad monetaria aspira a que la inflación no aumente demasiado, aprecia el tipo de cambio nominal -baja el precio del dólarabarata los comerciables y compensa, de esta manera, la inflación de los servicios -en castellano básico, el aumento de los salarios-. Dicho de otra manera, el tipo de cambio real cae, porque el nominal queda fijo y la inflación aumenta, o porque la inflación queda baja, pero cae el tipo de cambio nominal. ¡No hay forma de salvarse, el tipo de cambio real, ante un shock externo positivo se cae! Mejor dicho, hay una forma de salvarse, anclar el gasto público, principal componente de los «no comercializados», de manera de presionar menos sobre la demanda agregada, la economía crece menos, pero el tipo de cambio real cae muchísimo menos.

Haciendo taquigrafía, se podía instrumentar el «modelo argentino», con tipo de cambio nominal relativamente fijo, explosión de gasto público y estrepitosa caída del tipo de cambio real -es decir fuerte aumento de los salarios en dólares-. O se podía armar el esquema chileno, caída del tipo de cambio nominal, moderación de gasto público, aumento del «ahorro fiscal», y baja inflación. Caída menor del tipo de cambio real.

Shock externo

Ahora bien, ahora estamos ante un «shock externo negativo», en el caso argentino, por fuerte caída de los precios de los productos de exportación -en el resto de la región se suma la salida de capitales por toma de ganancias y «vuelo a la calidad»-. Un shock externo negativo, implica, por simetría, que el tipo de cambio real tiene que subir para adaptarse a la nueva situación. Pero, otra vez, la palabra clave es «real». Para ponerlo en castellano básico nuevamente, ¡ tienen que caer los salarios en dólares!, por el «efecto pobreza». Por lo tanto, o el tipo de cambio real sube porque sube el tipo de cambio nominal y los precios se quedan quietos, o sube porque el tipo de cambio nominal sube mucho y los precios suben menos. Pero para que los precios suban menos, en un contexto de inflación inercial de 20-25% anual, se requiere una desaceleración fuerte de la actividad económica o encontrar un «ancla nominal» para el sistema que frene la inflación. Obviamente, el candidato clave, otra vez, es el gasto público. Pero, en un año electoral, e insisto, con las fuerzas de las expectativas de inflación desbocadas, no parece ser fácil. Se podría, como se va a intentar, bajar un componente del gasto público menos conflictivo, los subsidios al sector privado «rico». (Además, con la caída de los precios del petróleo, la factura energética es menor). Pero subir tarifas es subir el precio de los servicios ¡Que tienen que bajar en dólares!

En síntesis, lo que nadie quieredecir es que ante un shock externo negativo, los salarios en dólares tienen que caer. Subir el tipo de cambio nominal «de a poquito» puede ser una mejor estrategia para que «los sindicalistas no se aviven». Subirlo «de a mucho», sin ancla es desbocar la inflación. Pero el punto no es el tipo de cambio nominal, sino el real. Hay que cambiar precios relativos a favor de los exportables y de los sustitutos de importaciones. Esa es la « solución» que propone la economía. Lo hace el mercado o lo hace Néstor. Por supuesto, Néstor va a intentar, tarde o temprano la solución «a la Moreno», controlamos precios y movemos salarios con sumas fijas. Es decir tratar de mejorar el tipo de cambio real «por decreto».

Pero recuerden que el problema no fue Wall Street, el problema fue que, durante la bonanza, el gasto público explotó y destruyó el tipo de cambio real. Igual que en los últimos 50 años.