Monday, July 02, 2007

Vuelve carrera entre inflación y sueldos

Vuelve carrera entre inflación y sueldos (peor será en 2008)

Por: Julián Arturo De Diego
Ámbito Financiero

De 9,8% pasamos a 16,5% y ahora ya llegamos a 23% sobre las remuneraciones reales con el acuerdo firmado por la Federación de Empleados de Comercio con las cámaras empresarias del sector. Si analizamos el escenario de marzo-abril frente al de junio-julio de este año, los aumentos se duplicaron. Es más, los efectos de estos ajustes se apreciarán recién en los índices de precios publicados por el INDEC en el tercer trimestre, y pueden generar un inusual impacto sobre los costos y, en definitiva, sobre la inflación real.

Como se decía en España en la década del 90, una cosa es la opinión pública y otra, la opinión publicada, y quien tiene que comprar y pagar sabe el precio real con prescindencia de los índices y de si éstos son reales o no. Esta comparación sobre ingresos fijos permite una clara percepción de la evolución real del poder de compra y si se gana o si se pierde con él.

Lo curioso es que cuando estos aumentos de salarios llegan al seno de las empresas, el índice de satisfacción percibido en los beneficiarios es bajo, y en más de 40% de los casos genera una nueva negociación cuya base es lo acordado por el gremio y la cámara empresaria.

Renace así un conflicto difícil de arbitrar. Los aumentos que llegan a mitad del año ya tienen el impacto de los precios reales del primer semestre. El deterioro del poder de compra es directamente proporcional a los reclamos de las bases, de los delegados, del personal en general, aun en contra de sus propios dirigentes sindicales.

Los acuerdos han perdido las cláusulas de resguardo que les habían permitido a las empresas adaptar los aumentos en forma gradual y en muchos casos ponderando la productividad. De hecho, la productividad en la Argentina es muy baja, y no ha mejorado -salvo excepciones puntuales- en los últimos tres años, y ha crecido en volumen y calidad por presión de la demanda y no por la racionalidad de los procesos y sus controles de calidad o la innovación o mejora tecnológica. Es un crecimiento de volumen con inversiones limitadas a las necesidades del corto plazo.

Las cláusulas que tienen en cuenta el resultado han desaparecido, los aumentos tienen condiciones primarias que distan mucho de crear nuevos horizontes que contribuyan al crecimiento sostenido, y lo más grave de todo, se trata de salvar la coyuntura, ocultando que se está hipotecando el futuro cercano, cuando haya que sincerar todos los malabarismos en 2008.

# Características

En rigor, es ese año cuando se van ha sentirlos verdaderos efectos negativos de muchos de los desatinos de 2007. Los ajustes que se han pactado últimamente tienen cuatro características:

1. El aumento total de la escala llega a 23% y hasta 26% de incidencia en las remuneraciones del personal convencionado. En 20% de los casos supera estos porcentajes.

2. Se fijan los incrementos en tramos o cuotas, sin apreciar que el piso de 2008 será el que marque el tope de la escala y sus efectos finales (26% por ejemplo).

3. Se emplean prestaciones no remunerativas, con cláusulas que importan contradicciones con la coherencia que debe observar dicha naturaleza, y sin tener en cuenta el incremental que produce en el costo la conversión que se realice seguramente en el curso de 2008, con o sin grossing up, lo que implica otro nuevo impacto sobre el costo laboral final.

4. Nuevamente no están incluidos los mandos medios y superiores dentro de estos aumentos, y tanto la supervisión, como los jefes, gerentes y profesionales serán otra fuente de conflicto si no se les ajusta la remuneración en proporciones que generen diferencias con sus subordinados, ya que se llega a la incongruencia de que los operarios y empleados rechazan ascensos porque ganan más que sus jefes, (por los efectos horas extras, recargos convencionales y por el impacto del Impuesto a las Ganancias 4ª categoría).

El efecto más valioso de la caída de la convertibilidad y de un dólar como el actual fue el de haber logrado una reducción del costo laboral y de los insumos y materias primas locales, que convirtieron a la industria y a muchos servicios de exportación (consultoría, call centers, etc.) en unos de los mejores del mundo global, a lo que se suma el factor humano, ya que la calidad de los recursos humanos es claramente diferenciada de la de otros países como la India, Pakistán, Singapur etc. El incremento del costo laboral y los precios no ajustados (retención de tarifas) están consumiendo y carcomiendo la competitividad global de la Argentina, y en poco tiempo la pueden neutralizar. Si así fuera, volveríamos a vivir sólo con el mercado interno, cuando la exportación se ha convertido en una fuente de crecimiento.

Para los turistas pagar un euro por un café es muy barato (en España, Francia o Alemania cuesta dos euros al paso en un bar); para nosotros representa un aumento de 100% respecto de lo que valía el año pasado. Para los trabajadores dependientes es un récord haber logrado en dólares el mismo sueldo que durante la convertibilidad, pero de nada sirve si la inflación le gana al poder adquisitivo deteriorando el salario real.

Si los índices no reflejan la realidad, ésta se ocupará de imponer la verdad frente a los costos empresarios y frente al poder de compra del asalariado. Es curioso observar cómo la mayoría de los que tienen trabajo están disconformes cuando hace sólo cinco años estábamos verdaderamente desquiciados, y todo parece centrarse en la necesidad de que nos aproximemos a la verdad.

En síntesis, no partir de datos verosímiles ha hecho que la comunidad laboral en general salga a pujar por la búsqueda de un equilibrio, que ahora es la más firme y clara amenaza contra la competitividad, el crecimiento sustentable y la estabilidad económica con inflación controlada.

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