Agoniza dólar alto

Agoniza dólar alto

Por: Guillermo Laborda

Ámbito Financiero

Mala noticia para la gestión de Cristina de Kirchner: lo mejor del dólar alto ya pasó. Desde el inicio del gobierno de su marido, en 2003, la estrategia fue siempre evitar el traspaso a precios de la devaluación. O demorar ese ajuste al máximo. Al decir del Nobel James Tobin (aplicado a su impuesto a todas las transacciones internacionales), es «echar arena a las ruedas de una carreta para disminuir su velocidad». Por ello es que el gobierno, primero con acuerdos de precios, luego con controles y, por último, ya interviniendo el INDEC, intentó detener ese inevitable proceso. De la arena se pasó directamente a tirar adoquines a la rueda para frenar el proceso, como graficara otro economista.

Lo concreto es que Néstor Kirchner asumió con un dólar a 2,90 pesos, y lo deja 8,7% por encima, a $ 3,15. Pero en el ínterin los precios minoristas crecieron 50% ( considerando una inflación de 15% en 2007). ¿Cuánto más queda por delante? Hay quienes dicen que el dólar alto ya murió. La inflación se lo devoró. Otros, destacan que le quedan 24 meses de vida, considerando que los precios en ese período aumentarán 40%.

Pero éste no es el caso si se toma el tipo de cambio multilateral que sigue muy depreciado. Con el peso atado al dólar, y el derrumbe de la moneda norteamericana contra el euro, yen, real, por ejemplo, la situación es bien distinta. Considerando una canasta de monedas, el tipo de cambio estaría en 1,90 peso tomando como referencia el valor a diciembre de 2001. Muy lejos aún del 1 a 1. Aquí Cristina de Kirchner tiene mucho más oxígeno para «el modelo productivo», pero claro que la inflación en la Argentina sigue su propia dinámica mientras que del otro lado, es altamente improbable que se repita otra debacle del dólar en el mercado internacional de cambios. De lo que no hay dudas es que, el gobierno no tiene herramientas ni más adoquines a mano. Si decidiera subir el tipo de cambio nominal, como ya propone el titular de la UIA Carlos Lascurain, habrá traslado a precios y mucho más rápido del observado en los últimos meses. Ayer por lo pronto siguió el ingreso de divisas al país ya sea por las AFJP obligadas a repatriar fondos, de los exportadores, o de quienes apuestan a títulos argentinos. El Banco Central vuelve a tener el problema de cómo sostener la divisa sin generar inflación.

La radiografía del tipo de cambio tiene otros matices según la actividad. Tomando el de la industria o el del agro (incluyendo retenciones), se estaría en $ 1,15. Pero el campo igual muestra utilidad porque los precios de los commodities siguieron subiendo y sólo en la gestión de Néstor Kirchner lo hicieron 110%. Como el precio del Big Mac en diferentes países que elabora The Economist, hay otros indicadores, más caseros, para intentar medir cuán alto está el dólar en la Argentina. Hay quienes ven señales de atraso cambiario con la llegada de bandas de rock y hasta con el auge de las importadas Pringles ( papas fritas) en maxiquioscos. Más allá de esta «sensación térmica» cambiaria, las importaciones están subiendo consistentemente aunque deteriorando levemente por ahora la balanza comercial. Esto porque subieron también los precios de las exportaciones argentinas. Pero los gemelos (los superávit fiscal y comercial) por ahora dan la sensación de haber resucitado tras haber estado, por lo menos uno de ellos, el fiscal, al borde de la desaparición previo a las elecciones.