Thursday, December 27, 2007

Bienvenidos a la alta inflación

Bienvenidos a la alta inflación

Por: Juan Luis Bour

Ámbito Financiero

La negociación salarial de 2008 presenta condiciones iniciales que permiten prever un alto nivel de conflictividad y un fuerte impulso a costos laborales. Esas condiciones iniciales incluyen tres elementos novedosos: el primero y más importante es la aceleración de la inflación, mientras que los otros dos -la eliminación del sistema de vales y el aumento de los aportes personales para jubilación- incrementan en forma permanente los impuestos sobre el salario y reducen el neto o salario de bolsillo, y por lo tanto aumentan la brecha o cuña salarial. Son todos factores que alejan a las partes en la negociación, como veremos a continuación.

La primera cuestión es la de la inflación, y el índice que se va a utilizar. Más allá de las grotescas manipulaciones del INDEC, que mide menos de 8,4% estimado para fin de año en GBA, mientras que los índices provinciales medían hasta hace un mes entre 17,3% (IPC6) y 23% (IPC11), la mayoría de los indicadores que no pasan por el edificio de Diagonal Sur se encuentran en un entorno de 20%.

El aumento de la inflación tiene tres dimensiones que hay que considerar en una discusión salarial. La primera es simplemente el nivel: no se discute sobre la base de la pauta oficial de inflación, sino en torno a 20%. De allí que para una economía que discute salarios en forma centralizada como en la Argentina (en lugar de hacerlo por empresa), todos miran la «verdadera» inflación, o lo que crean que ella sea.

El segundo elemento es que si la inflación se acelera, la discusión puede trasladarse ya no a cuál fue la inflación pasada, sino la del año que viene, que puede ser mayor y establece una segunda fuente de discusión.

Con acuerdos salariales que toman como base el concepto de la verdadera inflación, tenemos instalada la indexación. Esta puede ser anticipada ( cuando los salarios se ajustan por la inflación esperada), o rezagada, pero en cualquier caso se establece la indexación de salarios a precios como criterio básico de ajuste. El pedido de los sindicatos de un bono de fin de año (UOM), ajustes de viáticos ( camioneros), pagos por única vez (pero no tanto), etc., no hace más que confirmar que se instaló entre nosotros la indexación salarial.

El tercer elemento se deriva de la aceleración de la inflación: los ajustes de salarios deben hacerse cada vez en forma más frecuente. En efecto, no basta con indexar los salarios para evitar la pérdida del poder de compra: cuando el ajuste es sobre la base de la inflación pasada, siempre se llega tarde. Pero el tema es un poco más complicado. Si se pretende estabilizar el poder de compra de los salarios, se debe tener en cuenta la pérdida que se produce no sólo entre períodos (de un trimestre o de un mes a otro), sino durante el período entre dos pagos (normalmente, dentro del mes). Los asalariados gastan su ingreso a lo largo de un determinado mes, período durante el cual la inflación deteriora el stock monetario (salario) disponible a comienzos de él. Este deterioro intraperiódico está asociado al nivel de inflación, y por lo tanto es relativamente bajo cuando la tasa de inflación también lo es (menos de 1% mensual, por ejemplo). En los casos en que la inflación se acelera, el deterioro del poder de compra crece, y con tasas de inflación altas la única forma de preservar el poder de compra es con pagos salariales cada vez más frecuentes (quincenales, semanales o diarios). Este fue un proceso bien conocido en los episodios de alta inflación de la Argentina entre 1975 y 1990, documentado por FIEL. Aún no estamos en este contexto, pero es claro que el primer elemento que nos acerca a este escenario es que los ajustes ya no se realizan una vez al año, sino que enfrentamos negociaciones con ajustes y reajustes periódicos. ¡Bienvenidos al mundo de la indexación!

Nos queda por considerar cómo influyen en la negociación salarial la eliminación de los vales como sumas no remunerativas, y el aumento de la tasa personal de aportes. La eliminación de los vales (lo que no implica eliminar las sumas no remunerativas, que siguen siendo homologadas por el Ministerio de Trabajo e increíblemente toleradas por la AFIP) aumenta directamente los costos laborales en promedio 4,3%, cuando esos pagos representan actualmente 10% del salario. Este aumento tributario eleva la cuña salarial (tax wedge), lo mismo que la pérdida que recibe el asalariado (4,6%) por aumentar su contribución desde 7% a 11% para jubilación. Si bien se trata de salario diferido en el tiempo, es notorio que la mayoría de los asalariados le aplican una elevada tasa de descuento a un fondo jubilatorio que ha estado sujeto a decisiones discrecionales del gobierno que determinaron pérdidas de valor esperado. Por la eliminación de vales se retraerá la oferta salarial de los empleadores en alrededor de 4%; por la pérdida de salarios por el aumento de aportes, se incrementaráen casi 5% la demanda de aumentos salariales.

Hasta aquí no hemos mencionado una eventual demanda de aumento del salario real, ya sea por aumento de la productividad o por cualquier otro factor, puesto que con alta inflación el tema que domina es el de no perder la carrera con los precios. Por otro lado, en condiciones de inflación alta, los números de productividad agregada poco dicen de lo que pasa en un sector particular de la economía, y suelen ser una excusa para ajustar los salarios por arriba o por debajo de la pauta de inflación, de acuerdo con las necesidades de la política macroeconómica.

En suma, ¿cómo se inicia el año 2008 en salarios? Las demandas suman por un lado la inflación verdadera estimada para ese año (igual o mayor que la de 2007), alguna recuperación por los ajustes del año anterior, el pedido de compensar de alguna forma los aumentos de aportes personales, y el aumento de la frecuencia con que se revisan los ajustes. En términos de números, muchos estarán preocupados por el aumento que establece un piso de 25% a los reclamos, pero del otro lado pensarán en que dicho ajuste tendrá un costo cercano a 30%, y que los sindicatos estarán atentos a acelerar las negociaciones al paso de la inflación. ¿Tenemos un problema con los salarios? En absoluto, tenemos un problema con la inflación.

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