Wednesday, April 04, 2007

Cavallo: Kirchner se hará ortodoxo tras elecciones

Criticó lo que llamó modelo "productivo"

Cavallo: Kirchner se hará ortodoxo tras elecciones

Ámbito Financiero

En un artículo escrito por Domingo Cavallo en su página de Internet pasa revista a lo que pueda acontecer en una futura gestión de Néstor Kirchner o eventualmente de Roberto Lavagna. Señala quiénes son los ideólogos del modelo «productivo» y quiénes lo llevan a cabo. Entre ellos menciona a Raúl Alfonsín, Leopoldo Moreau, Roberto Lavagna, y a Javier González Fraga, como un defensor de aquél. Anticipa una futura crisis de este plan oficial a partir de la cual la sociedad distinguirá los males que causó el dólar alto, y que Néstor Kirchner dará a partir de esto un giro de 180 grados.

Néstor Kirchner
# Quienes sigan con atención los pasos del ex presidente Raúl Alfonsín y de su Rasputín, Leopoldo Moreau, podrán advertir que la eventual candidatura de Lavagna a la Presidencia de la República, los llena de entusiasmo, aun cuando el ex ministro de Economía de Kirchner hace esfuerzos por aparecer lejos de ellos.

# Llamó ideólogos del modelo «productivo» a economistas que entienden la ley de la oferta y la demanda y que han defendido la devaluación del peso en 2002 como un «cambio de modelo económico». Los ejemplos más relevantes son Roberto Lavagna y Javier González Fraga en contraste con, digamos, Julio De Vido y Guillermo Moreno, que son ejecutores pragmáticos, sin pretensiones de liderazgo ideológico.

# Como el accionar de los ejecutores avanza sin contención en el gobierno de Kirchner, especialmente desde que el Presidente lo sacó a Lavagna del Ministerio de Economía, los ideólogos del modelo « productivo», han comenzado a sugerir que por errores de ejecución puede llegar a fracasar.

# En ese sentido, Lavagna critica la inminente crisis energética, el aumento del gasto por subsidios al transporte, las reestatizaciones parciales o t otales de empresas privatizadas, el control de precios, la utilización de los recursos no coparticipables y de los superpoderes para disciplinar políticamente a gobernadores e intendentes y la proximidad a la Venezuela de Chávez. Y terminan argumentando que Kirchner quiere construir un « capitalismo de amigos», con lo que dejan sembrada la sospecha de corrupción.

# Para desconsuelo de Alfonsín y Moreau, pero para bien de todos los argentinos, me atrevo a predecir que gracias a los acontecimientos políticos y económicos de los próximos cuatro años, gobierne Kirchner o gobierne Lavagna, la opinión pública va a descubrir la verdad de lo que ocurrió en las vísperas del Año Nuevo de 2002. Y esto permitirá, si no en 2007, con seguridad en 2011, la recuperación de las instituciones políticas y económicas necesarias para el progreso sostenido de la Argentina, sin las lacras de la inflación y del aislamiento internacional.

# Todos los problemas que hoy los ideólogos del modelo «productivo» quieren hacer aparecer como responsabilidad de los ejecutores pragmáticos, no son sino la consecuencia natural de la degradación política y económica en la que entró la Argentina desde aquel trágico momento.
# Néstor Kirchner fue, lamentablemente, uno de los dirigentes convencidos por los ideólogos del modelo «productivo. Este hecho demuestra su habilidad persuasiva,porque me consta que Kirchner antes era consciente de la importancia de erradicar la inflación y estuvo en contra del abandono de la convertibilidad en 2002, que entendía muy bien que los déficits y no la convertibilidad eran los responsables del endeudamiento público, a punto tal que durante los 90 nunca endeudó su provincia. En aquel entonces estuvo de acuerdo con la eliminación de los impuestos distorsivos y siempre reclamó la coparticipación automática de todos los impuestos recaudados por la Nación. Además, nunca adhirió a los reclamos proteccionistas de los industriales ineficientes y siempre se opuso a los gravámenes que desalientan la exportación desde las economías regionales.

# Los ideólogos del modelo «productivo» tuvieron una habilidad destacable en atribuir todos los costos de las nuevas medidas al modelo de la convertibilidad y de apropiarse de todos los beneficios de las circunstancias internas y externas que posibilitaron una rápida recuperación de la economía y cuatro años sucesivos de crecimiento a ritmo asiático.

# Ahora están tan engolosinados con este éxito propagandístico que se han lanzado a convencer a los argentinos que los costos que aún no han sido advertidos por la sociedad, pero que pronto se pondrán de manifiesto con elocuencia, no son responsabilidad del modelo «productivo» que ellos pregonan, sino de los errores cometidos por los ejecutores pragmáticos desde la salida de Lavagna del gobierno de Kirchner.

# Todos estos problemas provocarán muchos sobresaltos y crisis durante el transcurso del próximo mandato presidencial. Mucho más graves y frecuentes que las que tuvo que enfrentar Kirchner hasta ahora.

# Los colchones ofrecidos por la fuerte inversión modernizadora de los 90, la paciencia de los trabajadores y jubilados postergados, y el viento de cola de la bonanza internacional ya han comenzado a atenuarse en algunos casos y a agotarse en otros y difícilmente ayuden por muchos años más. Por consiguiente resulta interesante especular sobre cómo reaccionarían Kirchner y Lavagna frente a estos sobresaltos y crisis.

# En el caso de Lavagna, como principal ideólogo del modelo «productivo», no tendrá otra alternativa que ser consecuente con su promesa de mantener el tipo de cambio real alto y, por consiguiente, luego de permitir todos los aumentos de tarifas, precios, salarios, jubilaciones y gastos necesarios para remover los desequilibrios entre oferta y demanda causantes de las crisis, se verá obligado a devaluar el peso en la misma proporción en que aumente la inflación.

# El resultado será una espiralización de la inflación que en, pocos años, retrotraerá la realidad del país a la década de los 80, con inflación persistente y esporádicos episodios de stagflación y, si no se abandona antes la política de tipo de cambio real alto, hasta de hiperinflación. Se habrá desandado totalmente el proceso económico reeducativo de la convertibilidad, que con su éxito estabilizador de mas de 10 años, había logrado cambiar los comportamientos inflacionarios de los argentinos.

# Kirchner no podrá evitar los aumentos de tarifas, precios, salarios, jubilaciones y gastos necesarios para remover las causas de las crisis, pero por su testarudez tratará de demorarlos tanto como le sea posible. Me atrevo a predecirque Kirchner no convalidará con una devaluación el impacto inflacionario de todos estos reajustes. Es decir, antes de correr el riesgo de espiralizar la inflación, abandonará la lógica del modelo «productivo» y su tipo de cambio real alto. Porque Kirchner tiene olfato político y desapego a ortodoxias ideológicas. Ello le permitirá descubrir que no es buena para la gente ni para él, como Presidente, reintroducir en la economía argentina una inflación virulenta.

# Aun cuando para el momento del necesario sinceramiento de precios, tarifas y salarios, Kirchner tendrá suficientes evidencias de la inefectividad y de los costos de los controles de precios, y de las virtudes de la competencia, la estabilidad monetaria y la eficiencia de la empresa privada, en contraste con la corrupción y la ineficiencia que normalmente caracterizan a las empresaspúblicas, no creo que Kirchner vaya a estar en condiciones políticas como para dar un giro fundamental en la organización de la economía, como el que sería necesario para evitar una fuerte recesión. Por eso, en el mejor de los casos, su compromiso antiinflacionario y su desapego a ortodoxias ideológicas, al menos le permitirá evitar un escalamiento peligroso, como el que ineludiblemente provocarían las decisiones de Lavagna.

# Puede que me equivoque, y que Kirchner vuelva a someterse a la influencia de los ideólogos del modelo «productivo» también en el dogma del tipo de cambio real alto. Pero en ese caso, sólo conseguirá producir los mismos resultados inflacionarios que describí para una eventual gestión futura de Lavagna.

# Triste final. Pero al menos, con ejecutores pragmáticos, hay una posibilidad de evitarlo. Cuando están equivocados, los ideólogos son mucho más peligrosos.

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